Juliette Barnes
Desde el año 2026, en el que se incorporó a la dirección de la empresa con apenas veinte años, Juliette ha sido el alma de Sweet Pink. Su instinto para combinar diseño, estética y tecnología, así como su sólida formación en gestión de empresas, ha llevado a la compañía a convertirse en lo que es hoy. Cada año, antes de la presentación de la colección otoño-invierno, Juliette Barnes viaja a Nepal para pasar dos semanas en un monasterio de monjas budistas y practicar meditación. Después regresa renovada y dispuesta a conducir a su firma a nuevas cotas de éxito y popularidad, cosa que ha logrado sistemáticamente cada año desde que Pinkcal se transformó en Sweet Pink.
Obsesionada con proteger su legado, Juliette Barnes ha diseñado un arduo sistema de selección para captar a los mejores talentos jóvenes e incorporarlos a su proyecto. Fruto de ese empeño son los centenares de colegios y millares de academias privadas que cada año preparan a sus alumnas para probar suerte en los exámenes oficiales de la firma. Se trata de un sistema exigente que ha demostrado su éxito en repetidas ocasiones, la más reciente de las cuales es la incorporación a la imagen de la marca de Sara, estrella de proyección internacional y nueva embajadora de Sweet Pink.
Norma Barnes
La adopción del apellido de su madre lo dice todo: Norma Barnes está decidida a seguir los pasos de Juliette. A pesar de su juventud, es ya la promotora y supervisora de las colecciones Teen de la marca. Además, su imagen se ha convertido en un icono que millares de jóvenes de todo el mundo asocian con la sofisticación y la sencilla elegancia de Sweet Pink.
Alegre, vital y llena de proyectos, Norma Barnes se define con una mujer “con los pies en el suelo”. Sabe que su apellido no le garantiza nada en una firma donde el talento se valora por encima de todo lo demás. Pero si algo no le falta a Norma, es justamente talento. Gracias a él, puede compaginar sus estudios en el exclusivo colegio Sweet Dreams con un papel cada vez más activo dentro de la firma. Los que la conocen bien afirman que tiene grandes planes para Sweet Pink… y no nos extrañaría que muy pronto nos sorprendiera a todos con alguno de ellos.
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Elsa
Su apellido no importa. Como muchas otras mujeres antes que ella, Elsa renunció a usarlo cuando fue elegida por el Comité Superior de la marca para formar parte de nuestra pequeña familia. Eso sucedió en el año 2044. Desde entonces, Elsa asumió su papel de imagen estrella de Sweet Pink y contribuyó a engrandecer a la compañía con su ejemplar trabajo como actriz en más de una veintena de largometrajes.
Durante más de una década, Elsa ha sido la imagen visible de Sweet Pink, la embajadora oficial de la firma. Y aunque en los últimos tiempos ha cedido protagonismo a las nuevas caras de nuestra compañía, ella nunca dejará de formar parte de lo que más profundamente amamos y valoramos en Sweet Pink: la combinación de belleza y talento y la capacidad de contribuir con ellos al desarrollo de una sociedad más perfecta y comprometida con la moda y el diseño.
Por todo ello, ¡gracias, Elsa!
Sara
No llegó a nosotros por casualidad: como tantas miles de jóvenes en todo el mundo, Sara se ha preparado durante toda su vida para formar parte de este proyecto apasionante que llamamos Sweet Pink. Pero a diferencia de la mayoría de esas jóvenes, Sara sí ha conseguido su sueño. Incluso ha visto superadas sus expectativas más optimistas.
En toda la historia de Sweet Pink nunca nos habíamos encontrado con una mezcla de belleza, talento e inteligencia tan perfecta y adecuada para nuestra marca. Ya sus marcadores genéticos apuntaban a lo más alto, y gracias al esfuerzo de muchos años de formación, esa promesa contenida en los genes se ha hecho finalmente realidad.
Sara es desde hace algunos meses la imagen oficial de Sweet Pink. En su faceta de cantante solista, ha grabado ya su primer disco, con el que ha conseguido batir récords de descargas en los cinco continentes. Pero esto es solo el comienzo: Sara tiene muchas bazas para sorprender, y lo va a hacer en a lo largo del próximo año. Es evidente que Sweet Pink ha encontrado en ella a una embajadora de lujo. Su rostro bello y sereno, su estilo depurado y la maravillosa transparencia de su voz son la mejor expresión de los valores que han hecho de Sweet Pink la firma de referencia en el mundo de la moda.